Wednesday, December 5, 2012

Un buen perfil

Almuerzo en una tasca de Chacao con un colega de aquellos tiempos en que pateaba tribunales y desayunaba Platanito y Frescolita en la esquina de Pajaritos.

—Hará un par de semanas —me dice—, tras las presidenciales, estuve meditando sobre dónde estamos y para dónde vamos. Entonces, decidí llamar a un conocido que tengo en el gobierno, para ponerme a la orden.

—¿Cómo es la vaina?

Me quedo helado. Él ríe, y me echa el cuento.

Resulta que, nuestro héroe, mi amigo, decidió contactar a —lo que llamarían en la prensa— un alto personero del gobierno. Un alto jerarca. Alto, altísimo. A quien había conocido muy de cerca, a través de un familiar, hace muchos años cuando —el gran jerarca— era un principiante en los borrascosos asuntos de la política del siglo 21. En aquella época, ese señor era una personalidad de poca cámara, que andaba en un Chevette destartalado predicando palabras de igualdad, justicia social, honestidad y progreso. A pesar de no coincidir ideológicamente, ambos pasaron amenas tardes conversando sobre el Caracas, el Magallanes, la cerveza, y temas afines. Mi viejo colega se siente cómodo llamando al señor por su nombre de pila y, me asegura, que el hombre le atendió el teléfono a la primera, sin hacerlo esperar. Luego del típico saludo lleno de adornos y exaltaciones innecesarias, tan propio de nosotros los venezolanos, le explicó la razón de su llamada. Explicó que él lo había pensado bien y que entendía que debía aproximar las cosas desde un ángulo distinto, se había dado cuenta que si quería tener algún tipo de incidencia —positiva, por supuesto— sobre la situación del país, era si dejaba atrás ciertos prejuicios y buscaba la manera de involucrarse. Que no lo viera con suspicacia, que este acercamiento era noble, que entendía el presente político del país, pero que también entendía que las instituciones necesitaban orden y que, además, eso también tenía que interesarles a ellos políticamente. Que tenía un buen perfil. Consultor jurídico de grandes compañías. Experiencia en el sector energético. Estudioso del derecho y las ciencias administrativas. Varios postgrados. Carrera y nombre intachables. Y que, por esas mismas razones, su nombre y su carrera, le aseguraba que su gestión —en donde fuera— sería limpia, renovadora y progresista.
Su interlocutor fue brutalmente sincero: “La verdad, no me interesa. Te lo digo por la confianza y el aprecio que te tengo. Puedes mandarme tus papeles, si quieres. Pero no voy a hacer nada con ellos. Ni me interesa, ni me sirve”.
* * *

Mi amigo se va. En un mes aproximadamente se irá a trabajar al primer mundo. Su ida, debo aclarar, no se debe a frustraciones profesionales. Mucho menos a miedo al país —este compañero es un verdadero guerrero de la sabana— y, sorprenderá a muchos, tampoco se debe a su reciente conversación con aquel alto burócrata. La razón de su salida es sencilla: una importante trasnacional se lo está robando pues, el tipo, tiene un buen perfil.

Monday, November 12, 2012

Error Circular

En 1961 Joseph Heller publicó una novela que, sin quererlo, se haría esencial para explicar, o al menos darle nombre, a las trancas más absurdas de la burocracia tercer mundista. Catch-22 (Trampa-22), el nombre de la novela de Heller, se utiliza para describir una situación problemática, para la cual la única solución se encuentra negada por una condición inherente al problema original. En lenguaje informático —en el pequeño infierno virtual que es Excel— a esto se le llama Error de Referencia Circular (Circular Reference Error). Una fórmula que se refiere a sí misma para determinar la respuesta, y que, en consecuencia, queda cancelada. Algo así como el artículo 350 —aquel sobre la desobediencia civil— de la Constitución Bolivariana. “Bicha”, de cariño.
 

Wednesday, October 10, 2012

Ratón electoral

Amanecí en un capullo de sábanas, con un pica hielo perforándome la sien y mi hija encaramada sobre la barriga como si yo fuese un caballo enfermo, deprimido, y bobo. Yo esperaba estar enratonado la mañana del 8 de octubre. Esperaba las campanadas en la cabeza propias de la champaña, el arrepentimiento de las malas decisiones del whisky, o la maldita descomposición estomacal típica del Ron. Es más, hubiese soportado con gusto una mezcla de todas las anteriores. Pero en cambio, amanecí fosilizado en la cama, con desgano suicida, y ese punzante dolor de cabeza que mi esposa cataloga siempre como migraña.
 

Thursday, October 4, 2012

Insomnio Electoral

No duermo. Estoy agotado, pero igual no duermo. Tengo rato así. Quisiera utilizar estas horas extra que me regala el trasnocho para escribir sobre otra cosa, pero no puedo. El Firewall que tengo en mi cerebro no me lo permite. En agonía he pasado horas frente al teclado, jurando que no voy a escribir nuevamente sobre el mismo personaje. Esto me lleva, directo y sin remordimientos, al infierno de los procrastinadores, Facebook. Un Firewall piche, definitivamente.

Pues bien, en estas andanzas insomnes en la red de redes sociales, me he encontrado husmeando entre los comentarios sobre el troleo a las personas que no van a votar en las elecciones del domingo. Esta morbosa actividad me ha cobrado valioso tiempo que hubiese podido utilizar para escribir sobre lo bonita que estaba la tarde, por ejemplo. Antes de seguir, aclaro que esto no es uno más de esos comentarios, no tengo la autoridad moral para regañar ni señalar a nadie, pero tampoco me interesa defender el honor y derechos de los troleados. Además, disfruto el toma y dame. Asqueroso, lo sé.
 

Sunday, September 23, 2012

Libertad Ocre (amarillo)

I. ¿Qué es?

Elena se la pasa tratando de convertir a todo el que conoce. Cree que va a cambiar al país de uno en uno. Está convencida de que el gobierno le ha coartado sus libertades. A ella y a sus hijos. Sacrilegio. Tiene la franela que dice “Con mis hijos no te metas”, y la usa. No pierde la oportunidad de batirse con cualquier persona que represente algún tipo de autoridad. Sus víctimas favoritas, funcionarios de chaqueta roja o uniforme verde. Se da un banquete en las elecciones. Hace años, en una de tantas verbenas electorales, ya ni recuerda cuál, Elena decidió aplicársela a uno de los soldaditos del Plan República. Lo agarró desprevenido mientras hurgaba con la punta del FAL en un matero, en franca cacería de un tuqueque.

—Joven, ¿no cree usted que el país está mal encaminado con este señor?

—Bueno yo no sé señora, pero ahora hay más libertad.

—¡¿Qué qué?! ¿Cómo es eso mijo?

—Mire: Antes, si uno orinaba por ahí, en la calle, venía la policía y lo llevaba a uno detenido. Eso, o mínimo te daban una tunda de palos. Ahora, uno puede oriná donde sea y nadie dice nada. ¿Ve? Más libertad.

Friday, September 14, 2012

Salvar la patria

Quedan pocos días para el 7 de octubre. Ya no hay necesidad de explicar la importancia de la fecha, quien no la entienda —sin ánimos de sonar como el innombrable—, simplemente, no es venezolano.
 
En lo que queda de campaña debemos tener temple de acero y mucha inteligencia para no caer en las trampas cazabobos del Chavismo. Lo único que le queda al Presidente de la República es tratar de desacreditar a su rival pues es claro que no se encuentra en condiciones para ir puerta por puerta y, aunque pudiese, tras 14 años de retraso, corrupción, miseria y muerte, no tendría nada que enseñar.
 
Con el voto no es suficiente. Hay que hacer sacrificios. El que tenga dinero que lo aporte. El que no tenga que lo recoja. El que tenga carro que lleve gente. El que no tenga que los convenza. Quien viva lejos, que viaje. Jóvenes y no tan jóvenes a volcarse sobre las mesas como testigos para defender los votos. O simplemente, ponerse a la orden.
 
Nuestros políticos tendrán que hacer sacrificios también. El reciente episodio con Juan Carlos Caldera es el ejemplo perfecto de lo que podemos esperar de la campaña del gobierno en los escasos días que quedan. A pesar de que la respuesta de Henrique Capriles tuvo la contundencia requerida y que la explicación de Caldera fue suficiente como para no manchar al candidato, se requerirá de otros sacrificios políticos de terceros indirectamente ligados al asunto. El municipio Sucre, específicamente, Petare, ha sido cabeza de lanza en la campaña de nuestro Flaco. Estoy seguro que no hay plan de dejarlo desatendido pero, previo salto de talanquera de William Ojeda, queda clara la intención del gobierno para este punto neurálgico de la campaña. Se va a requerir de un cuarto bate para poner orden y asegurar Petare. Lanzando nombres al aire, Carlos Ocariz sería invencible en su casa. Miranda no tendría problema pues ya tiene gobernadora. Es cierto que lo principal es la campaña presidencial, pero este problema debe ser atendido y resuelto para evitar que un juego perfecto se convierta en no hit no run.
 
Con votar no es suficiente, tenemos que echar el resto. No por nada en un maratón se guardan energías para el final. En el remate está el triunfo.

Thursday, August 30, 2012

Hollywood y Venezuela, tan cerca y tan lejos

No me gusta Tom Clancy. No pondría esfuerzo en leer sus complicados libros y me he limitado a no ver más de un par de veces las películas que sobre ellos se han hecho. A pesar de esto, guardo con especial cariño el recuerdo de ir a ver La Caza del Octubre Rojo en el cine. Tenía diez años cuando vi aquella aventura de fin de la Guerra Fría protagonizada por un entonces esbelto Alec Baldwin y Sir Thomas Sean Connery. La persecución de submarinos fue —y esto hay que escucharlo con la voz en off de un narrador de televisión venezolano— “electrizante”.

Sunday, April 8, 2012

Sobre el periodismo de RT

Las redes sociales han avivado y contagiado el hambre por el tubazo. Hasta lo ha hecho comprensible para quienes nunca tuvieron la oportunidad de darlo. Imagínense ese sustico agradable que se siente al recibir un RT o una mención en Twitter multiplicado por mil o un millón.
 

Friday, April 6, 2012

Este tuit será censurado

En una entrada en el blog de Twitter se lee:

“Mientras seguimos creciendo internacionalmente, penetraremos en países que tienen ideas diferentes sobre los contornos de la libertad de expresión. Algunos difieren de tal forma de nuestras ideas, que no podríamos siquiera existir ahí. Otros tienes ideas similares a las nuestras pero, por razones históricas o culturales, aplican ciertas restricciones de contenido como, por ejemplo, Francia y Alemania que prohíben la distribución de contenido Nazi.”

Este es el preámbulo del cambio de política de la red social en cuanto a la censura reactiva de tweets, atendiendo a su contenido, por país. Es decir, a partir de ahora, previa solicitud de cualquier gobierno, Twitter removerá mensajes de sus usuarios en el país que lo haya solicitado.
 

Wednesday, April 4, 2012

Cuevana y el efecto SOPA

La América Latina en pleno se regocijó tras el anuncio de que Netflix, compañía de alquiler de videos por correspondencia y en línea, ofrecería su contenido en streaming para algunos países de la región. “Vientos de primer mundo”, pensaría más de uno. El lanzamiento se esperó con la misma ilusión y resultados similares a los del satélite Simón Bolívar: 5… 4… 3… 2… 1… Amarga decepción. Al ingresar al mentado sitio nos encontramos con que la oferta no iba más allá de Virgen a los 40 como película de estreno y el Chavo del ocho en la sección de teleseries. Nada que la televisión local abierta no pudiese ofrecer en Tardes Felices y Cine Millonario. Mientras tanto, del otro lado de la acera, en la cuadra de los forajidos, el sitio Cuevana ofrecía, sin costo y con la mejor calidad posible, las últimas películas y los capítulos de las series más populares a minutos de su estreno.
 

Monday, April 2, 2012

Celsius 233

Vivimos en un mundo impaciente. La inmediatez en el acceso a la información se ha convertido en prioridad. Si un barco encalla al otro lado del mundo, queremos saber, antes que el capitán pise tierra, de qué color era la ropa interior de la chica que lo distrajo y causó el accidente. Peor aún, no queremos que nos lo digan. Queremos verlo.

Para eso inventamos Internet. Mentira. No tenemos idea para qué se inventó. Fue algo que surgió casi de forma natural, en una especie de gestación bioelectrónica entre transistores y materia gris. Un organismo que cobra vida con el impulso de miles de millones de voluntades, solamente concebible por un Julio Verne o algún libretista nerd que podría haberla imaginado como una Skynet, que eventualmente se voltearía contra su creador para aniquilarlo.
 

Friday, March 30, 2012

Los libros



Torturo libros. Desde hace años ya. Quizás más de ochenta. No recuerdo cuándo empecé. Pero estoy seguro que desde el principio —aquel lamentable día en que aprendí a leer— los he torturado y se, también, que siempre ha sido un placer. Torturarlos, por supuesto. 

Los vejo. Estrujo sus páginas. Les manoseo. Las enrollo detrás de la carátula y las aprieto firmes mientras leo. Doblo sus puntas para marcarlas. Y a veces, cuando me aburren o nada más tienen que ofrecer, quedan así, dobladas eternamente en el mismo sitio. No me importa si es en la mitad o principio de la obra. 

Los irrespeto. Los marco con mi nombre como hierro en ganado. Les rayo, subrayo, escribo, anoto y garabateo. Los utilicé de libreta e incluso, alguna vez —en una época antigua—, llegué a arrancar alguna hoja para apuntar el teléfono de alguna joven de la facultad. No hay lugar sagrado entre las páginas de un libro. 

Los humillo. Cuento sus páginas con impaciencia. Salto líneas, hojas y capítulos. Leer es un proceso doloroso y cada libro un pequeño parto. 

Los abandono. Quedan en mis estantes, anaqueles y tramos, eternamente. Me olvido de ellos. Dejo que un manto de polvo los cubra y los entierre. Dejo que la humedad haga lo suyo. Los hace inaccesibles. Pinta sus páginas de amarillo. Y envenena a quien ose tocarlos. El encierro los convierte en trofeos y evidencia de una vida. Un epílogo que grita: ¡Estuve aquí! 

Mi biblioteca es una cárcel, una mazmorra. 

Eso es lo que hago: torturarlos. Siempre lo he hecho. Y ahora, que estoy decrépito y casi moribundo, han decidido vengarse. Habrán pasado años fraguando su plan. Viéndome desde sus estantes polvorientos. Esperando por esa maldita revista que lo empezó todo. Esa revista que por accidente algún nieto, convertido en cómplice sin quererlo, dejó en mi biblioteca. Por días estuvo allí, reposando a un lado del cenicero ámbar sobre la mesa de café. Aguardó por el momento preciso. Me estudió, ahora lo sé. Aprendió mi rutina. Sabía que después de mis dos whiskys de las cuatro, me quedaba dormido con un cigarrillo encendido en la mano derecha, colgando sobre el cenicero. Esperó y me veló. Esperó y se acomodó sobre el lugar donde debían caer las cenizas. Y cuando la colilla, casi consumida, se resbaló de entre mis dedos, la revista la atajó. Prendió silenciosamente mientras yo yacía dormido. Los libros regados a su lado, sobre la mesa de café, irían pasándose la llama lentamente y sin hacer ruido. Proust, Wilde, Joyce, Poe, Hemingway, arde Dante. Se irían pasando el fuego en cadena, hasta llegar al estante más cercano, el de las enciclopedias. Endemoniadas enciclopedias. Olvidadas desde hace más de veinte años. Ardieron con rabia. Probablemente más rápido que los demás, sin disfrutarlo. Me fueron flanqueando. Libros de viaje, poesía, literatura, historia y derecho. Me rodearon silenciosamente y no fue hasta el desplome del anaquel de arte frente a la puerta —para asegurar mi encierro— que desperté. Abrí los ojos de aquel sueño en que torturaba felizmente alguna novelilla de bolsillo, para encontrarme rodeado de humo y llamas en tonos de azul, verde, violeta, rojo y amarillo. 

Mi única esperanza de escape se encontraba sobre la biblioteca de autores latinoamericanos, la única que permanecía intacta. Una ventana, un tragaluz, que hace tiempo alguna mujer tediosa y exigente hizo abrir, prometía llevarme a buen resguardo. La estantería haría las veces de escalera de escape. Con la precaria agilidad que mis años me dejaron salté sobre el mueble para llegar a la ventana. Lo sentí firme bajo mis pies y recordé, con aire triunfal, cuando tantos años atrás decidí clavarla y asegurarla a la pared. Uno, dos, cuatro estantes, seis y mi brazo estirado y harapiento alcanzó abrir la ventana con un incómodo empujón. La corriente de aire que entró por la escotilla avivó el fuego de tal manera que sentí una onda sofocante posarse sobre mi espalda. Un último esfuerzo de mis débiles piernas rompió la tabla bajo mis pies y luego el cuarto, tercero, segundo y primer estante. Una avalancha de Paz, Cortázar, Gallegos, Rulfo, Fuentes, Garmendia, Borges, Roa Bastos, García Márquez y Vargas Llosa, se vino sobre mi como un alud de papel, polvo y telarañas. Me arroparon y quedé inmóvil. Bajo aquella mórbida cobija sentí un calor que pronto dejaría de ser agradable. Los libros empezaron a arder jovialmente a mi alrededor. Como si rieran de mí, en alegre candela. 

Y quedé en este sitio, sembrado, esperando las llamas de la venganza. 

Revista Clímax - marzo 2012

Wednesday, March 28, 2012

Alcabala

En la escuela de derecho tomé una electiva de derechos humanos. La escogí entre diez materias para cumplir con el curso de seminario. Me sentí nobilísimo con mi escogencia, con seguridad mucho mejor que mis amigos: Ricardo, quien se decidió por el de Tránsito en busca de una materia práctica que le sirviera para algo “así sea para no dejarme joder por los pacos” y Francisco, que se inscribió en el curso de derecho canónico del padre Arruza, creyendo que sus años en el Colegio San Ignacio le servirían de palanca con el viejo y cascarrabias sacerdote.

Thursday, March 22, 2012

Llueve, escampa, y el Sol sale para todos

"...tú te la juegas si andas diciendo lo que tú piensas..."
Para Carmencita y su talento para oler una etapa cumbre a meses de su llegada.

José Ignacio Cabrujas dijo alguna vez sobre la telenovela: se trata de una historia que tiene 199 malas noticias y una sola buena noticia que ocurre en el último capítulo. Un ejemplo ilustrativo: Niña pobre se enamora de niño rico. Niña pobre empieza a trabajar lavando los calzones de niño rico. Niño rico preña a niña pobre para luego enterarse, que niña pobre es hija de los padres de niño rico —quienes acostumbran desayunar con Mimosas en la terraza de su mansión—. ¡Horror! Ella se queda ciega, él lo pierde todo y se casa, por dinero, con la gemela malvada de la otrora niña pobre que ahora es rica porque construyó un imperio vendiendo obleas con dulce de leche.

Thursday, March 1, 2012

Another one bites the dust


Para leer la versión en inglés en Caracas Chronicles, hacer click aquí: Another one writes the post 
 
Tras años de lucha contra el SIDA, Freddy Mercury murió una tarde de noviembre de 1991, y con él, un proyecto musical llamado Queen. Nunca hubo duda, Freddy Mercury era Queen. Poco hubiesen importado los esfuerzos del guitarrista Brian May por encontrar un reemplazo adecuado —uno que no se sintiera como una vulgar imitación del Sr. Mercury— o por darle un corte distinto a la banda: la reina había muerto.

Durante la convalecencia del famoso cantante inglés de ascendencia indoeuropea, éste negó en repetidas ocasiones su situación. Incluso cuando su deterioro físico por causa de la enfermedad era más que evidente, Mercury negó a los medios que su condición fuera tan seria como se especulaba.

En vez de descansar y tratarse como correspondía, Mercury trató de mantenerse activo. Pero poco pudo el titán contra una enfermedad, que en aquella época tenía la mortal connotación de “cáncer”. Poco a poco fue desapareciendo de la escena pública. Su última aparición, fue gracias a un sobrehumano esfuerzo con el que grabó el video de These are the Days of Our Lives, pocos meses antes de su muerte.

Mercury mantuvo las informaciones sobre su enfermedad bajo gran hermetismo mientras pudo:

“Respondiendo a las informaciones y conjeturas que sobre mi han aparecido en la prensa desde hace dos semanas, deseo confirmar que he dado positivo en las pruebas del virus y que tengo SIDA. He procurado mantener oculta esta información para proteger mi vida y la de quienes me rodean, pero ha llegado el momento de que mis amigos y fans de todo el mundo conozcan la verdad y espero que todos se unan a mi, a mis médicos y a todos cuantos luchan por combatir esta terrible enfermedad. La privacidad siempre ha sido muy importante para mi y siempre he sido conocido por haber concedido pocas entrevistas. Por favor entiendan que ésta política se mantendrá.”

Poco más de veinticuatro horas luego de que su equipo hiciera pública esta declaración, Mercury murió.

Por años se escucharon propuestas de reemplazos de Mercury para relanzar la banda. Se habló de su íntimo amigo Elton John, también del polifacético David Bowie —cuyo aporte a la banda como compositor y acompañante en el éxito Under Pressure era ampliamente conocido— y recientemente de Robbie Williams. Paul Rodgers los acompañó por cinco años entre 2004 y 2009, pero siempre como Queen + Paul Rodgers; con lo cual queda claro que cualquier cosa que hiciesen sería cualquier vaina menos Queen, porque Freddy Mercury era Queen.

La reina ha muerto. Dejó su marca indeleble en la historia del rock & roll y a un despechado club de fans, que con el tiempo —sin dejar de tenerla en especial consideración—, pasaría la página para seguir a otros artistas y venerar a otros dioses. Como pasa con todo.

Tuesday, February 28, 2012

Rotten City, Rotten Town

Hoy nos amanece la dura noticia que Juancho Chacón, mejor conocido en la escena underground venezolana como Onechot, recibió un disparo en la cabeza la noche del lunes por delincuentes que intentaban atracarlo. Se encuentra en terapia intensiva. Hasta el momento en que se escriben estas líneas no hay más detalles.

Fuera de las páginas de sucesos Onechot hizo noticia en 2010 con su video Rotten Town. La imagen de un niño asesinado por una bala perdida en un barrio de Caracas incendió Youtube. La crudeza del mensaje le valió varias amenazas de demanda que se fueron diluyendo en la realidad de su contexto. Sin entrar en politiquerías, Onechot se convirtió en el principal representante de la música venezolana de protesta del siglo 21.

Desde esta esquina enviamos un mensaje de fuerza para Juancho y su familia.