Artículo publicado en Clímax 02/2013 No. 69
“Me atrae la curva libre y sensual. En la curva encuentro las montañas de mi país. El curso sinuoso de sus ríos, las olas del mar, el cuerpo de la mujer preferida. El Universo está hecho de curvas, el Universo curvo de Einstein.”
“¡Quítese eso de la cabeza, una negra no debe utilizar sombrero!” Los gritos de la abuela, regañando a la coqueta sirvienta, quedaron cincelados en la memoria del nieto. Poco imaginaría aquella dama, acostumbrada a las formas de la clase media alta de principios del siglo 20, que aquel insignificante acontecimiento, encendería en el joven Oscar un sentimiento que, eventualmente, le llevaría a inscribirse en el partido comunista, a vivir en el exilio por varios años, y a entablar amistades con polémicas personalidades de la izquierda latinoamericana. Casi un siglo más tarde, ese muchacho, contando con 104 años y reconocido como uno de los arquitectos más influyentes del mundo, moriría aferrado a los ideales desatados por aquella injusticia.
No comments:
Post a Comment