Fue el día de la muerte del super villano internacional, Osama Bin Laden, que me cayó la locha. La reportera de CNN en español buscaba entre la alegre marejada de gente apostada en Times Square, a algún hispanohablante que le diera su parte sobre los acontecimientos del día. La mujer, quien hacía un trabajo fatal tratando de ocultar su acento caraqueño, entrevistó a una docena de latinos variopintos (peruanos, colombianos, mexicanos, ecuatorianos, etc.) que ante el poderoso foco de la cámara de CNN quedaron petrificados como conejo alumbrado. Pésima modulación, tartamudeo, lugar comunismo, redundancias, en fin, un horror, pena ajena en su estado más puro. Pues bien, le tocó el turno a los venezolanos. Nuestra reportera se encontró con un grupete de cinco compatriotas. Tomó a uno de los muchachos por el brazo y le pidió unas palabras. La cámara alumbró y, el jovenzuelo, con gran naturalidad, se disparó a hablar. Habló sobre la justicia, sobre la democracia, sobre la libertad de los pueblos y sobre la lucha contra la tiranía. Un dicurso político digno de un "my fellow americans." Perfecta estructura en sus palabras y una ejecución magistral. La entrevista saltó hacia los otros dos varones del grupo quienes respondieron con la misma elocuencia que el primero. Uno hasta me recordó a Ramos Allup.
Al terminar con los varones, la entrevistadora, visiblemente orgullosa, le dio el pase a una de las niñas del grupo. Con la misma naturalidad del primer muchacho la joven rubia, luego de batir su cabellera hacía la izquierda, se disparó a hablar: "Primero que nada, yo quiero agradecer a mi familia, profesores y amigos por haberme dado el apoyo necesario para estar aquí en una noche tan especial como esta. Una noche en la que el mundo se ha unido para celebrar esta gran victoria, que es una victoria no solo de los americanos sino de todos los hombres y mujeres que creen en la libertad, una victoria que nos acerca mucho más a la paz mundial. "
Al terminar con los varones, la entrevistadora, visiblemente orgullosa, le dio el pase a una de las niñas del grupo. Con la misma naturalidad del primer muchacho la joven rubia, luego de batir su cabellera hacía la izquierda, se disparó a hablar: "Primero que nada, yo quiero agradecer a mi familia, profesores y amigos por haberme dado el apoyo necesario para estar aquí en una noche tan especial como esta. Una noche en la que el mundo se ha unido para celebrar esta gran victoria, que es una victoria no solo de los americanos sino de todos los hombres y mujeres que creen en la libertad, una victoria que nos acerca mucho más a la paz mundial. "
Mucha gente practica en secreto su discurso de aceptación del Oscar o del Grammy, just in case. Los venezolanos y venezolanas, por pura programación genética, tienen bajo la manga y aprendidos al pelo, su discursito político o las respuestas a las preguntas del Miss Venezuela. Y algunos (sin distingo de género), hasta los dos.
Esta muy bien eso...habria pagado por verlo, es verdad, aquí si hay algo que abunda son los "oradores"
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